Los policías utilizaron cañones de agua a presión, gases lacrimógenos e incluso, por primera vez en más de cuarenta años en la ciudad, una docena de vehículos blindados de la Gendarmería para hacer frente a los disturbios por las protestas de los "chalecos amarillos".
Cerca de 2.000 personas fueron detenidas en Francia el sábado en relación a las protestas de los "chalecos amarillos", indicó el ministerio del Interior, que había desplegado un dispositivo policial excepcional.
Entre los detenidos, 1.700 fueron puestos bajo custodia, según este balance definitivo del cuarto sábado de protestas de este movimiento antigubernamental, que sacó a las calles a 136.000 personas.
Hasta el momento solo se sabe que unos 120 manifestantes y cerca de 20 policías habían resultado heridos en todo el país.
"Globalmente" la violencia fue menor que la semana precedente y "el nivel de tensión bajó", pero la situación "no es satisfactoria", declaró el portavoz del Gobierno, Benjamin Griveaux, en una entrevista a la emisora "Europe 1".
La participación de los "chalecos amarillos" en las acciones que habían convocado por todo el país, de acuerdo con la contabilidad del departamento de Interior, fue la misma que el día 1.
El portavoz confirmó que el presidente francés, Emmanuel Macron, que no ha intervenido públicamente en toda la semana pese a la gravedad de la situación, hablará al comienzo de la semana próxima, aunque no precisó en qué formato.
En su cuenta de Twitter, Macron anoche colgó un mensaje para agradecer a las fuerzas del orden su "valor y la excepcional profesionalidad" que mostraron.
Los disturbios de ayer fueron de menor gravedad que los del sábado de la semana pasada en París, gracias en buena medida al impresionante dispositivo de seguridad (8.000 agentes, casi el doble que el día 1, apoyados incluso por blindados) y a una acción mucho más reactiva ante cualquier incidente.
No obstante, se repitieron escenas de coches quemados, comercios saqueados, escaparates rotos y barricadas en las calles, en particular en los barrios de los Campos Elíseos, los Grandes Bulevares y la plaza de la República.
Fuera de la capital, algunas manifestaciones de los "chalecos amarillos" degeneraron en violencia, como en Toulouse, en Saint-Etienne o en Burdeos, donde un manifestante resultó herido de gravedad al recoger con la mano una granada lacrimógena.
Entre los incidentes reseñados, que se prolongaron durante la noche en París y en algunas otras ciudades, está la quema de dos coches privados de Jacqueline Dubois, diputada del partido de Macron en el departamento de Dordoña, en su domicilio de Vezac.
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