Jefe del Gabinete afirma que el cierre del Congreso está más lejos que
nunca y cuestiona la norma que podría beneficiar a Fujimori. Además, niega influencia del gobierno en recientes decisiones judiciales.
César Villanueva se muestra tranquilo frente a la agitada
coyuntura política. Pese al ida y vuelta generado por el propio Ejecutivo en
torno a la bicameralidad, defiende su voto a favor del proyecto al cual luego
el gobierno le dijo no. También responde a aquellos que atribuyen actitudes
dictatoriales a la gestión del presidente Martín Vizcarra.
-Por acciones propias y en algunos casos ajenas al
Ejecutivo, las últimas han sido semanas convulsas. ¿Qué análisis hace el
gobierno?
Es lo que sucede cuando quieres hacer cambios. Somos un país
que no está muy acostumbrado a las reformas. Si se suman factores de la
coyuntura política, parecería un cuadro muy complejo. Sin embargo, si uno
mantiene la cabeza fría, se da cuenta de que todo terminará calmando las aguas
y aumentando la credibilidad. Las reformas marcharon con idas y venidas, pero
al final se aprobaron.
-Habla de las cuatro reformas constitucionales aprobadas
por el Congreso. ¿Qué cambió entre ese viernes en el cual el Ejecutivo
manifestó su satisfacción con lo aprobado y este martes, cuando propusieron
decirle no a la bicameralidad?
Nuestra idea era proponer al país cuatro reformas. Eso
significaba pasar por el Congreso y respetamos su institucionalidad. La idea
era que los resultados fueran a un referéndum el 9 de diciembre. Entonces, el
jueves, como en todas las sesiones del Congreso, hicimos un seguimiento minuto
a minuto. Cada vez que aprobaron un proyecto, mostramos una satisfacción sin
hacer mayores evaluaciones.
-En el caso de la bicameralidad, usted y el ministro de
Justicia votaron a favor del proyecto. Ese mismo viernes, el mismo presidente
Martín Vizcarra dijo que estaba satisfecho con lo aprobado. Por eso le
pregunto: ¿qué pasó para que cambiaran de opinión?
Pero no hemos cambiado. Cuando el ministro y yo votamos [a
favor], es porque queríamos que de una vez se aprobara esa propuesta bicameral
en la cual creemos firmemente.
- ¿Creen firmemente en la propuesta de bicameralidad
aprobada?
No como está aprobada.
-Pero votaron a favor.
Votamos porque hacerlo en contra e inducir al resto iba a
hacer que no haya reforma y no llegábamos a la fecha límite que el mismo
Congreso fijó.
-¿Le parecía mejor dejarla pasar para promover el no que
manifestar su desacuerdo de antemano?
Era mejor dejarla pasar para que la población tome su
decisión cuando responda sí o no. Por eso pedimos el referéndum, es el
instrumento democrático más importante y olvidado en el país, no solo para
empujar estas reformas, sino para recuperar las organizaciones y la confianza
en la política.
- ¿El gobierno se apuró al mostrar su satisfacción con lo
aprobado y no esperar el análisis minucioso?
No, mostramos nuestra satisfacción porque la idea era que el
Ejecutivo y el Legislativo construyan las reformas. No habíamos tenido tiempo
para hacer una revisión exhaustiva. Cuando la hicimos, pusimos una pausa porque
teníamos las elecciones. Preferimos opinar luego sobre la bicameralidad. Esa
reforma fue totalmente desnaturalizada al poner un elemento no propuesto: el de
la cuestión de confianza. Si el cambio en la cuestión de confianza no
desequilibrara poderes entre Ejecutivo y Congreso, ni la hubiésemos observado.
- ¿Sin el cambio en las reglas de la cuestión de confianza
hubiesen apostado por el sí a la reforma?
Lo hubiésemos superado como hemos superado otras cosas.
-Ciertos congresistas interpretan que la prohibición de la
reelección no aplicaría para el Parlamento actual. ¿El Ejecutivo plantea el no
a la bicameralidad para bloquear esa posible interpretación?
Ellos quisieron pasar en la bicameralidad una adición
importante como la de la confianza y una exclusión importante como la de
paridad de género. Me ratifico firmemente: nadie del Ejecutivo está en contra
de la bicameralidad, pero no en la manera planteada.
- ¿Si la bicameralidad, tal como fue planteada, se aprobara
en referéndum, los actuales congresistas podrían reelegirse en el 2021?
Si se aprueba la bicameralidad en el referéndum, los
actuales congresistas podrían volver a entrar, por supuesto. Y si se le dice
no, no entrarían al nuevo Parlamento. Pero nosotros no pusimos esa trampa. Esa
interpretación la pusieron ellos. Que se les haya ido las manos es diferente.
Pensaron que no analizaríamos cada una de las cosas.
-El Apra y Mario Mantilla (Fuerza Popular) presentaron el
jueves una iniciativa para revocar precisamente los proyectos vinculados a la
bicameralidad y a la no reelección. Apenas un día después, la retiraron
aduciendo un error. ¿A qué atribuye esta confusa situación?
A un ejercicio natural de los congresistas, y saludo la
decisión del Apra. Me parece correcto que Jorge del Castillo señalara que
retiraban la iniciativa para apoyar el referéndum y evitar la permanente
confrontación. El referéndum ya está en marcha.
- ¿Cree que entre los parlamentarios existe temor al
referéndum?
Creo que hay un gigantesco temor al referéndum. Si hay
cuatro propuestas, que sea la población la que decida. Nosotros no tenemos mayor preocupación. Para ser un país competitivo necesitamos
estabilidad política. La mejor forma de tenerla es recuperando a la gente en
nuestras organizaciones y decisiones políticas.
- Durante este proceso, un sector ha deslizado teorías
vinculadas a golpes de Estado y hasta llegó a comparar al presidente Vizcarra
con Nicolás Maduro. ¿Se siente parte de un gobierno dictatorial?
Estamos totalmente alejados de eso. Podríamos calificarnos
como antichavistas. Tenemos una posición democrática muy fuerte. Las
herramientas que usamos y usaremos hasta el final son estrictamente
constitucionales. ¿Quién puede juzgarnos como dictadores o no? La población.
Jamás ha pasado por nuestra mente que ronde un tanque por ahí, no lo
necesitamos.
- Afirmó que cerrarían el Congreso si se agotan todas las
opciones.
Toda la paciencia, los mecanismos, los elementos. Si se
agotan, cualquier gobierno puede utilizar la Constitución.
- ¿Qué tantas de esas opciones diría que ya fueron agotadas?
Ahorita, el cierre del Congreso está más alejado que nunca.
Me preguntan: “¿Te quieren llevar al límite?”. Bueno, todo tiene un límite.
Pero con el referéndum la población va a recuperar su derecho a decidir sobre
la política.
-Ya que hablamos de límites, ¿la confrontación se les fue
de las manos al Ejecutivo y al Congreso?
No, lo que creo es que nunca ha habido una confrontación de
ideas. En ningún momento, el Ejecutivo ha puesto contra la pared al Congreso.
Cuando fui a pedir la confianza, hablé claro, firme y probablemente fuerte,
pero nunca fui agresivo. Defendí las reformas porque así somos los
provincianos, pues. Eso no es agresión, sino pasión por hacer las cosas.
-Sin embargo, la tensión es evidente. Tras la sucesión
presidencial, uno esperaba lo contrario, sobre todo luego de casi dos años de
confrontación.
Lo inteligente para el Congreso sería darse cuenta de que lo
logrado es con ellos y no contra ellos. Estas reformas no las hubiésemos
logrado si no las aprobaban. Pero hasta ahora hay resistencias.
-La posibilidad de una interpelación o censura contra usted
y el ministro Vicente Zeballos rondó el Legislativo durante los días previos.
¿Teme ser censurado?
No. Son procedimientos que si se le ocurren a algún
congresista, está en su derecho de pedirlos. Si lo aprueban, es democrático. Y
si yo, el ministro de Justicia o los dos tenemos que ir al Congreso, iremos.
-El Parlamento aprobó el jueves una controversial norma que
da libertad bajo vigilancia electrónica a adultos mayores presos. Esta
beneficiaría, entre otros, al condenado ex presidente Alberto Fujimori. ¿Es una
norma con nombre propio?
Tanto en temas humanitarios como de política penal, cuando
se presentó la propuesta del congresista Roberto Vieira [que planteaba arresto
domiciliario para mayores de 75 años], era interesante discutirla. Porque,
efectivamente, para tener condenas largas a una edad muy avanzada sí tendrían
que verse las condiciones. Pero en esta aprobación [del jueves] el Congreso no
utilizó procedimientos normales. Todos conocemos los hechos. Eso descalifica,
sin siquiera hablar del ex presidente Fujimori, un hecho que podría haber sido
interesante de discutir.
- ¿Se puede concluir que es una norma con nombre propio?
En esa situación es fácil concluir que es una norma con
nombre propio. No es lo adecuado para aprobar una ley.
-¿Eso llevará a que el Ejecutivo observe la norma?
Lo veremos con el presidente. Él tiene que hacer una
evaluación serena, con el asesoramiento del ministro de Justicia, y tomará la
mejor decisión.
-Pero su posición personal es a favor de la observación de
la norma.
Por respeto a mi presidente, no puedo adelantar juicios.
Simplemente señalo elementos externos a la toma de decisión que hay que evaluar
en su verdadero sentido, elementos no provocados por el Ejecutivo, sino por el
Congreso. Les corresponde a ellos definirlos, calificarlos y sancionarlos.
-Y el Ejecutivo puede observarla.
Exactamente.
-La polémica aprobación, además, desencadenó en una moción
de censura contra el titular del Parlamento. ¿Cree que Daniel Salaverry debe
ser censurado?
Si bien no puedo opinar ahora como congresista, son
elementos que sí tiene que evaluar el Congreso. Porque las modalidades son las
que han ido generando desconfianza. Queremos justamente que el Congreso vuelva
a hacer el instrumento de afirmación democrática que siempre fue.
- El Apra advirtió sobre un proyecto de ley mediante el
cual, según esa bancada, el Ejecutivo buscaría declarar en emergencia la
fiscalía. Si bien afirmó que no salió del gobierno, ¿han identificado la fuente
de esa propuesta?
Hay dos proyectos de parlamentarios en el Congreso y una
propuesta de Proética que forma parte de la Comisión de Alto Nivel
Anticorrupción (CAN). Tanto en el Congreso como en la CAN se dieron en un
contexto en el cual se discutía la crisis del CNM. Pero es un elemento que,
siendo el Ejecutivo parte de la CAN, no se ha procesado ni a nivel de los
viceministros y mucho menos en el Consejo de Ministros.
-En entrevista, dijo que el fiscal de la
Nación, Pedro Chávarry, no debía estar un minuto más en el cargo. La
Subcomisión de Acusaciones Constitucionales del Parlamento decidió lo
contrario. ¿Es un caso cerrado para el gobierno?
Respetamos el nivel de autonomía del Ministerio Público, el
Poder Judicial y el Congreso. Nosotros directamente no vamos a hacer nada que
vulnere o debilite esa autonomía. Eso no quiere decir que no tengamos opinión,
estamos en una lucha frontal contra la corrupción. La sociedad necesita del
Ejecutivo, Congreso, Ministerio Público, Poder Judicial, las procuradurías y la
contraloría. Todos debemos hacer un esfuerzo para que las cabezas estén exentas
de sospechas. Cuando hay dudas, le pedimos a cualquiera, no solo a Chávarry,
que se ponga a un lado mientras se investiga.
-Chávarry cesó sorpresivamente a Érika Delgado, fiscal
adjunta del equipo liderado por José Domingo Pérez. ¿Le preocupa esa decisión?
Es una señal que alimenta las dudas y sospechas. Chávarry
debería ser el primero en aclarar esa situación si no quiere que estas
sospechas crezcan.
-El fiscal Pérez solicitó la detención preliminar de Keiko
Fujimori, calificada por miembros de Fuerza Popular como “un golpe a la
institucionalidad”. ¿Coincide con esa apreciación?
¿Un golpe a la institucionalidad de qué? Esto emana del
propio Ministerio Público y, luego, del juez.
- Parlamentarios fujimoristas han atribuido parte de la
responsabilidad al Ejecutivo.
Es curioso. Cuando les interesa criticarnos, somos un
gobierno débil. Y cuando les interesa justificarse, somos un gobierno fuerte,
capaz de influir donde no tenemos influencia.
- ¿Se pretende desaparecer a Fuerza Popular, como sostienen
desde dicho grupo parlamentario?
Nosotros no tenemos la fuerza para destruir o levantar
a un partido. Más bien diría que Fuerza Popular tuvo una oportunidad
gigantesca, siendo mayoría absoluta en el Congreso, para fortalecer la política
de este país.
- ¿Fue una oportunidad aprovechada o desaprovechada?
El fujimorismo ha despilfarrado el poder que tuvo
políticamente cuando esa pudo ser la herramienta que los hiciera perdurar.
Entonces, la destrucción no viene del Ejecutivo ni de otros, es propia de
Fuerza Popular.
- El Tribunal Constitucional finalmente declaró la
inconstitucionalidad de la norma que restringe la publicidad estatal en medios
privados. ¿Cómo cambian los planes del Ejecutivo ante esta decisión?
Normalizaremos la comunicación que teníamos restringida
sobre diversos programas. Ya no podrá usarse para el friaje, pero sí para
alertas del fenómeno de El Niño o la anemia. La decisión del TC es un buen
precedente, aunque seguro habrá una reacción de Mauricio Mulder.
- ¿Está de acuerdo con reglamentar ahora la norma que regula
el gasto?
Nadie estuvo en contra de regularla, solo de prohibirla.
Conforme el TC reaccione, va a pensarse dos veces antes de salir con este tipo
de propuestas.
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