Hay un camino sobre qué es lo que no queremos ser em em perú, No queremos un país donde todo lo decida un grupo de hombres con plata, no queremos que las mujeres sean ciudadanas de segunda



De niño leía a Shakespeare y veía 'Simplemente María'. Se fascinaba tanto con Dickens como con Walt Disney. Quería ser escritor, pero de telenovelas. Hoy es guionista de la telenovela 'Ojitos hechiceros'.

En el colegio le fue bien en las materias de historia. Placer que vino de casa, donde se estimulaba la lectura, el cine, el teatro, la literatura. “La historia me parece divertidísima”, nos dice mientras dibuja una sonrisa de placer.

Lleva 33 años escribiendo para TV y teatro. Estudió Derecho para ser diplomático, pero el debut profesional vino en 'Carmín', exploró la actuación siendo el ‘Esclavo’ en 'La ciudad y los perros' y es dramaturgo autodidacta. Nos sentamos en un café barranquino para reescribir parte de su historia.

¿Se ha contado bien la historia del Perú?
No, fatal. Está espantosamente mal contada, comenzando con el mundo prehispánico. Ya lo dijo María Rostworowski, el relato histórico de ese tiempo se arma a través de una maravillosa fantasía literaria de Garcilaso de la Vega. Sobre la independencia, fue un proceso que tardó varios años, que tuvo muchísimas resistencias. El 28 de julio de 1821 es simbólico. Es muy fácil contar la estampita, pero lo interesante es contar la vida real y los procesos históricos.

¿Qué parte de la independencia abordará 'El último bastión'?
La etapa previa y posterior. Agarra 1817, que es cuando se empieza a hablar quiénes son estos que vienen del sur. Y termina en 1824, que es cuando realmente los españoles se van tras la Batalla de Ayacucho. Solo quedaría hasta 1826 el Real Felipe, donde estaba el español Rodil, que fue el último en irse.

¿De qué no nos hemos independizado?
De la mentalidad colonial cortesana, de la manera de entender el poder, de la manera de creer que hay castas, el racismo, la forma de excluir al otro, creer que Lima es el ombligo del país, mirar con desprecio a quien no es de tu barrio.

¿Cómo entender nuestro presente mirando a ese pasado?
En el primer capítulo de ' El último bastión' se dice bien claro: los españoles nos han hecho creer que nada puede cambiar. Es mentira.

¿Hoy ver en aprietos a los políticos más poderosos es una señal de cambio?
Es lo que tiene que pasar, porque ya está claro que no hay nadie intocable. No soy historiador, pero el gran problema con el Perú es que nunca hubo lo que pasó en México: la revolución, que realmente logró una hegemonía de lo mexicano. En el Perú no existió nunca una revolución.

¿No nos estamos refundando con base en la valoración de identidad?
Todavía no. Hay un camino sobre qué es lo que no queremos ser. Pero todavía no se entiende qué queremos ser. No queremos un país donde todo lo decida un grupo de hombres con plata, no queremos un país donde las mujeres sean ciudadanas de segunda, no queremos un país donde mande el racismo.

¿Un dramaturgo es una suerte de historiador?
Un dramaturgo no debe nada. A mí me interesa el entretenimiento como medio para contar otras cosas, pero también hay cosas que hago por puro entretenimiento.

El entretenimiento ha sido satanizado desde ciertas élites culturales.
Quizá cuatro aburridos.

¿Qué es el entretenimiento?
Todo aquello que hace que tú puedas recibir cultura de una manera que no te sea una obligación pesada. Nada es malo per se. Ni siquiera un reality es malo per se. Otra cosa es que esté mal hecho