Hay dos tipos de videojuegos: los independientes y los triple A

Los segundos son juegos como el FIFA. Ankalli es un juego independiente por inversión, pero se parece mucho más a uno triple A. El primer capítulo empieza en París y termina en Cusco”, detalla.

Renzo Sánchez alista videojuego para PlayStation con el Cusco como escenario

“Hay dos tipos de videojuegos: los independientes y los triple A. Los segundos son juegos como el FIFA. Ankalli es un juego independiente por inversión, pero se parece mucho más a uno triple A. El primer capítulo empieza en París y termina en Cusco”, detalla.

No le tengo miedo al riesgo”, sentencia tras contarnos que acaba de perder US$20 mil en la Bolsa de Valores de Lima. A Renzo le han cerrado más puertas de las que le han abierto. Como le dice su hermana, “es tolerante a la derrota”. Fruto de esa persistencia es Ankalli, ambicioso videojuego que lanzará en 2019 para PlayStation 4 y que tiene como escenario a Machu Picchu. Y, desde esas alturas, probablemente toque el cielo.

Desarrollar videojuegos no es como jugar.
Para nada. Los diseñadores sí están más en contacto con los juegos, pero el programador, el que crea las mecánicas del juego, muchas veces lo último que quiere hacer es jugar. La programación es algo muy complejo. La carrera para un programador de juegos es de Ciencias de la Computación, que es la misma que siguen los astronautas de la NASA.

¿Dónde está el placer al programar?
Lo comparo con ‘Dr. House’ cuando quiere resolver el acertijo de dónde está el problema. Programar es un reto: con la menor cantidad de líneas de código hay que llegar a la solución. De niño yo quería una Commodore para juegos, pero mi papá me dijo: “No, te compro una computadora para que puedas jugar y trabajar”. Aprendí a programar de manera autodidacta, con libros de programación. Un niño tiene la mente limpia y posee mucha habilidad para aprender. Me enamoré de la computadora.

¿Qué habilidades hay que tener para ser programador?
Te tienen que gustar las matemáticas. Habilidades de lógica.

Ahora ya desarrollas Ankalli, que empezó hace ocho años.
Cuando salí de la universidad, abrí mi empresa e hice mi primer videojuego. Era de carreras, pero nunca se llegó a publicar. Ankalli es mi segundo proyecto importante. Los grandes juegos, los triple A, tienen una inversión de US$100 millones y 200 personas que trabajan durante tres años. Nosotros estamos haciendo un juego de esa calidad, pero no llegamos ni al medio millón de dólares gastados. Y lo hemos ido desarrollado en los tiempos muertos de la empresa.

¿En qué etapa del desarrollo se encuentra?
Desde hace dos años tomé la decisión de tener un equipo dedicado al juego. Usé mis ahorros, ingresos y dos préstamos bancarios. Se está trabajando de manera profesional. Por ejemplo, el main track del juego se grabó en Bulgaria con cerca de 40 músicos y participó gente que ha trabajado en películas de Hollywood. Hay dos tipos de juego: los independientes y los triple A. Los segundos son juegos como el FIFA. Ankalli es un juego independiente por inversión, pero se parece mucho más a uno triple A porque tiene una gráfica muy cercana a los de ese nivel. Planeamos terminarlo para fines del próximo año.

Es un juego ambientado en Cusco. ¿Cómo así?
El primer capítulo empieza en París y termina en Cusco. Y de ahí el 80% del juego transcurre en Cusco. Hace diez años hicimos una aplicación para Promperú sobre Machu Picchu en 3D. Fue muy impresionante y a partir de ahí pensamos en hacer un juego que tenga como escenario a Cusco.

Un videojuego que tiene como escenario a Cusco demanda un guion potente.
Es increíble. Nuestro juego se basa en la leyenda de los Anunnaki, que dice que hay un planeta que se llama Nibiru, de donde vinieron. Al llegar a la Tierra, vieron al primer Homo sapiens y lo aceleraron genéticamente para crear al hombre. Entonces, el juego se basa en esa leyenda para crear una historia fantasiosa, de aventura. Llegan al Cusco y crean al hombre.

¿El potencial del Perú en el tema de programación cuál es? ¿Cómo estamos?
Ha crecido bastante. Hay más empresas que desarrollan videojuegos, más emprendedores, las universidades están enseñando videojuegos. No obstante, la industria es pequeña en comparación con la región. En Colombia, Chile, Argentina hay más empresas de videojuegos. En Perú a duras penas habrá 40, pero en Argentina serán más 200 compañías. En Estados Unidos, la Casa Blanca tiene asesores en la industria de videojuegos. Esta es la industria número uno, después está Hollywood.

Parte de tu trabajo es realizar misiones tecnológicas en empresas como Facebook, Disney y Google. ¿Qué has aprendido de los más grandes?
De todo. Cuando llegué a Pixar, vi un póster de Star Wars, de la competencia. La respuesta ante mi duda fue: “Nosotros somos amigos de la competencia”. Es verdad la frase de que el mayor enemigo de un peruano es otro peruano. Por eso siempre digo: “Mientras mejor te vaya a ti, a mí me irá mucho mejor”.

Más allá de la parte técnica, ¿qué aprendes desarrollando videojuegos?
Ha sido un sacrificio muy grande. No lo volvería a hacer. He pasado por mucho, como depresión. En casa me decían: “Ya pues, Renzo, busca un trabajo”. Esa presión es dura. Pero hace que insistas más. Cuando empecé me levantaba a las 6 a.m. y me acostaba a las 3 de la madrugada. La terquedad me ha llevado adonde estoy.